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Hoy en día no se pueden controlar de todos los factores que influyen en el performance de una empresa, pero sí existe la posibilidad de que la misma o su representante se convierta en un influenciador del mercado. Anteriormente se hablaba de mercados en proceso de maduración y ahora el propio mercado demanda información y creación de estrategias de comunicación que generen valor a la organización.

Es así como, desde hace algunos años, la reputación y la comunicación han dejado de ser vistas como un gasto convirtiéndose en una inversión mínima rente al costo e impacto que podría tener una compañía sino se maneja oportunamente, lo que podría llevar incluso a la quiebra.

Recientemente, mi colega Luisa García y yo, estuvimos en un desayuno con algunas empresas del sector financiero peruano como APESEG, Banco Financiero, Estudio Grau y Procapitales, para hablar sobre este tema y se resaltó la importancia del control de la comunicación en detalles tan mínimos como el vocabulario utilizado entre profesionales financieros al momento de cerrar una transacción y/o las sensibilidades que esto podría generar. La importancia de la transparencia y el buen gobierno corporativo se convierten en bases fundamentales del éxito de las compañías que trabajan por su reputación.

Aunque existan cambios generacionales, la clave es entenderlos y prepararse para ellos. Las empresas tradicionales tal vez no son tan sensibles a ello, pero permanentemente se debe trabajar en la comunicación y se debe de pensar en cómo evolucionamos nuestras estructuras y nuestros equipos. Nuestro mundo es muy dinámico y cada vez vamos más rápido, aquellas organizaciones que no sepan adaptarse al cambio están condenadas a desaparecer.
Alejandro Romero

SOCIO Y CEO GLOBAL EN LLYC Experto en comunicación corporativa financiera, comunicación de crisis, litigios, marketing, comunicación Online y consultoría estratégica.